“La pierda perdida en el tiempo”
Era una noche despejada, era verano y
estábamos disfrutando todos en familia unos juegos de mesa para entretener,
éramos mi Mamá Lisa, mi Papá Víctor y mi hermanito Hernán que tiene 3 años. Yo
me llamo Maricel y con mi familia vivimos en un hermoso hogar situado cerca de
un bosque que dicen que está encantado, pero yo no les creo nada.
Nuestro pueblo se llama Campos del Norte, no
sé porque le dicen así, pero sé que pasando unas montañas hacia el Norte, dicen
que hay un castillo donde probablemente vive el Rey Roud con su Hijo el
Príncipe Persi. Algún día quisiera ir
hasta allá para ver que maravillas esconde ese lugar, bueno, sigamos, yo voy
todos los días a la escuela 57 de Campos del Norte.
Mis mejores amigas son Elena y
Catalina, quienes siempre después del cole nos juntamos en mi casa y nos vamos
al Parque Montañas de las Tierras Altas, donde comemos galletitas y tomamos
ricos tererés y jugamos a todo lo que se nos pueda ocurrir, siempre disfrutamos
al máximo estos días de verano, y casi se termina el cole!!!.
Hoy es otro nuevo día y recién vine
del Parque, jugamos mucho con mis amigas, pero Elena, la más aventurera y
valiente nos contó sobre ese castillo del Rey Roud, pero las cosas que nos dijo
no tenían nada que ver con lo que nos habían contado por la calle, Elena decía
que el Rey Roud era un rey malvado que capturaba los animales que vivieran por
esas montañas y los mataban para sacarle sus recursos.
Obviamente lo que habíamos escuchado
sobre el Rey Roud, lo que decía Elena no era para nada creíble, pero nadie
nunca había hablado sobre el Príncipe Persi, ¿existía? ¿Era bueno o malo como
el padre? Habían millones de preguntas, asique cuando me fui a casa, comí, me
bañé, me lave los dientes y cuando me iba a dormir, me quedaba pensando en lo
que decía Elena, hasta que no me podía dormir, y se me ocurrió una idea
buenísima!.
Era sábado, asique llame a las chicas
para que nos juntáramos en mi casa, les tenía que decir esa idea que tuve, ya
no aguantaba, cuando llegaron las chicas les dije la idea y ellas quedaron
asombradas, con la boca abierta, sin palabras, yo me decía: “ ¡Sí, seguro les
recontra encantó la idea! “, pero después Elena me dijo: “Mira Mari, lo que
dije ayer en el parque no era para tomárselo tan enserio, no podemos ir hasta
allá”.
Exacto, yo quería ir hasta el
castillo del Rey Roud para averiguar si él es bueno o malo y por qué se esconde
tanto, ya sé que sonaba algo loco pero yo creo que si estamos bien preparadas y
confiamos en nosotras podemos hacerlo, hasta que las convencí, pero primero
necesitábamos saber cómo sobrevivir en esas montañas, asique fuimos a la
academia de supervivencia, estuvimos cerca de más de una semana entrenando duro
para que pudiéramos protegernos.
Después de eso, estuvimos unos tres o
cuatro días entrenando fuerza, valentía
y obviamente, poníamos en práctica el esfuerzo que tendríamos que tener
para poder llegar a salvo, cuando ya estábamos bien preparadas nos llegó la
hora… ¡si, la hora de poder convencer a nuestros padres de poder ir!, obviamente no nos dejaba, asique no pudimos
ir, al tercer día, yo me levanté y mis padres habían sido secuestrados.
Yo, me sentía bastante mal, me
preguntaba quién podría cuidarnos a mí y a mi hermanito Hernán, llorando
escuche que estaban diciendo que otros padres también habían desaparecido, pero
no todos, solamente los de Elena y Catalina, yo estaba muy impactada, el
orfanato iba a venir a buscarnos en unos minutos, llorando, encontré una hoja
que decía Roud, no se entendía muy bien, asique pensé, capas que el Rey Roud si
era malo y secuestró a nuestros padres y alguno de ellos alcanzó a escribir eso
para guiarnos.
Llamé a mis amigas, les dije y antes
de que venga el orfanato deje una nota para que sepan lo que iba a hacer, un
beso a mi hermanito diciéndole, no te preocupes, mama ya vendrá, dejó de llorar
y se quedó en la casa, tomé la espada de plata de mi papa y salimos a la
aventura para rescatar a nuestros padres, llevamos comida y todo lo necesario
para poder sobrevivir al camino, en el camino, ninguna hablaba, de repente me
caigo, había tropezado con una piedra, pero no era cualquier piedra, era una
piedra bien brillante y luminosa.
La estuvimos mirando como durante 15
minutos, hasta que de repente unos lobos nos salen a correr, corrimos y
corrimos, cuando nos libramos de ellos, una tropa a caballos que estaban
armados y con espadas aparecieron frente a nuestras narices, muy asustadas
alcancé a ver el logo de una R en una de las espadas, tenía que ser tropas del
rey Roud, corrimos y corrimos, pero llegó un momento en que ellos nos corrían a
nosotros, nos acorralaron en círculo era el fin.
Uno de los soldados nos preguntó, “
¿Que quieren? “, yo le respondí, queremos ver al rey Roud, pero cuando vio la
espada de plata nos apuntaron, nos iban a matar, asique yo grite bien fuerte “
¡Auxilio! “ después de eso, un resplandor salió de mi mochila y se escuchó una
voz muy grave que decía “Piedra con que ha tropezado, piedra gigante, ¡va
aplastando!” y en ese momento una piedra gigante cayó del cielo aplastando a
toda esa tropa de soldados, había descubierto el gran poder de la piedra
mágica!, pero teníamos que seguir nuestro camino, se hacía tarde y empezábamos
a tener hambre y frío.
Después de comer y dormir un poco,
seguimos el camino, 30 minutos después habíamos llegado al castillo, pero vimos
que estaba rodeado de guardias en cada esquina, debíamos entrar sin que nos
vieran, recordé que teníamos la piedra, asique empecé a decir, abra cadabra
pata de cabra libra a esos guardias!, pero nada, sesenta veces diciendo eso y
nada, hasta que después me canse y dije, por favor, como nos libraste de esos
guardias líbranos de estos para poder salvar a nuestros padres, en eso el
resplandor aparece de nuevo y la voz diciendo…
“Piedra encontrada, Piedra confiada,
unos rayos, los desviara” y empiezan a caer rayos destructores que eliminan a
los guardias de abajo y a los guardias del techo, que parecían proteger una
caja muy grande cubierta con una lona negra, bueno, cuando entramos al
castillo, era muy grande, pero un ruido de una explosión se escucha al final
del camino, cuando fuimos a ver, era el Rey Roud, con un bastón bastante raro,
y nos dijo, vállanse, o morirán, nosotras asustadas, dijimos, “NO” no habíamos
llegado tan lejos para nada, pero él dijo, bueno, como quieran.
Nos apuntó con su bastón y un rayo
sale de él y nos pega, dejándonos total mente inmóvil en el suelo, no podíamos
hacer nada, todo estaba perdido, me sentía mal por haber traído a mis amigas en
este apuro y de no poder haber salvado a nuestros padres, en eso, llega el
Príncipe Persi, derrotando a su padre, luego de poder acabar con todos los que
estaban al mando del castillo, luego, con un remedio especial nos pudo curar,
pero todavía teníamos que salvar a nuestros papas, Persi nos guió hasta el
calabozo.
Cuando pudimos liberarlos me sentí
tan pero tan orgullosa y muy feliz de poder haber protegido a mis amigas,
llegar hasta acá y salvar a nuestros papás, después de muchos cariños, le
agradecimos a Persi, pero todavía no podíamos volver a casa, asique subimos al
techo, donde estaba esa caja grande, y cuando Persi destapa eso, era un enorme
dragón blanco con negro, era imposible describir su belleza, en él, llegamos a
casa, después me acorde de la piedra, pero me imaginé que su magia debe estar
oculta.
Asique fui hasta el bosque donde
dicen que estaba encantado y de un gracias, la tiré bien lejos, nadie sabe
donde calló ni donde debe estar ahora, pero lo bueno es que habíamos salvado a
nuestros padres y esa, fue la alegría más feliz de toda mi vida, después de
eso, todo volvió a la normalidad y seguimos viviendo como siempre, y con
respecto al Príncipe Persi, olvídense de él, ahora pasó a ser el Rey Persi,
pero no solamente del castillo, el Rey de Campos del Norte, el pueblo siguió
avanzando hasta el castillo y así quedó hasta donde me acuerdo.
FIN
Escritor: Emiliano Bertoletti
Celular: 03467-15445430