“DESAFÍO MORTAL”
-¡Claro
que no voy a pelear!
-No,
don piojo, usted no puede pelear con el puma.
-¿Qué
no puedo? ¿Por qué no puedo?
-Es
una pelea pareja.
-Igual
voy a pelear. Y ya mismo.
El
piojo y el puma se enfrentaron. Los ojos de los dos echaban chispas, dispuestos
para una pelea a muerte.
Los
demás animales los rodeaban en silencio.
Ya
habían intentado todas las formas de pararlos, pero no había caso.
El
puma mostró los dientes. Todos los dientes.
-El
puma rugió y largó un zarpazo que hizo volar al piojo y lo estrelló contra un
quebracho. El piojo se enderezó y atropelló. Otro zarpazo del puma y el piojo
quedó colgado en lo más alto de un algarrobo.
-¡Bueno
basta!- dijo el sapo.
-¡Nada
de basta!- gritó el piojo bajando a los saltos de rama en rama.
¡Nada
de basta!
Y
saltó desde el árbol a la oreja del puma y se prendió como garrapata, dispuesto
a chuparle hasta la última gota de sangre.
El
puma rugió y se pegó un tremendo manotazo en la oreja para aplastar ahí mismo
al piojo. Pero el piojo ya no estaba. Había saltado a la otra oreja y lo mordía
desesperadamente. Otro manotazo del puma y el piojo casi aprende a volar. -¿Y
si terminamos la pelea?- dijo el elefante dando un paso adelante.
-¡Atrás
todos!- gritó el piojo. ¡Nada de terminar la pelea – y atropelló manotazos al
aire.
El
puma retrocedió sorprendido. No había pensado que ese bichito pudiera pelear
con tanta furia.
Había
querido divertirse un poco, pero jamás se le ocurrió que el piojo fuera capaz
de llevar las cosas tan lejos. -¡Vamos, pelee!- gritó el piojo atropellando.
Otro
manotazo del puma y el piojo fue a caer arriba del elefante, ahí rebotó y cayó
sobre el lomo del tapir.
-¡Lo
voy a matar!- dijo el oso hormiguero.
-¡Lo
voy a destrozar con sus garras!- dijo el coatí.
-¡Lo
voy a morder con esos enormes colmillos!- dijo la iguana.
-¡No
podemos dejar que sigan!- dijo el sapo.
-¡Tenemos
que hacer algo!- dijo el quirquincho.
-¡Por
favor, don elefante, usted puede pararlos, haga algo!- Pidió la cotorrita
verde.
-Bueno
bueno- dijo el elefante poniéndose en medio del piojo y el puma. ¡Se acabó la
pelea!
El
puma dio un paso atrás y dijo:
-Por
mí, la terminamos. Y les cuento que fue la mejor pelea que tuve en mi vida. Lo
felicito, don piojo, estuve mal y pido disculpas.
-Acepto
sus disculpas, y también acepto que me estaba ganando. Demo admitir que usted
es más fuerte que yo- dijo el piojo.
Los
animales hablaron todos juntos y se preguntaron muchas cosas. En especial se
preguntaron por qué había comenzado esa pelea tan feroz. Pero ninguno sabía.
Después
se fueron, cada cual por su lado.
El
elefante, el coatí, el sapo y el piojo se quedaron charlando.
-Don
piojo- preguntó el sapo, ¿por qué comenzó todo este lío? ¿se da cuanta en lo
que se metió?
-Fue
demasiado peligroso- dijo el coatí. El puma es un animal feroz. Me hico temblar
todo el tiempo.
-No
se preocupe amigo coatí, yo temblaba más todavía- Dijo el piojo.
-¿Por
qué pelearon?- preguntó el elefante.
Porque
casi me pisa. Pasó sin mirar casi me pisa. Y cuando yo grité me mostró todos
esos dientes que tiene y encima me insultó y me pisó la sombra.
-¡Lo
insultó!- dijo el sapo. ¡Le pisó la sombra! ¿Qué le dijo?
-En
realidad nada. Pero me miró como si me insultara. Y movió la pata casi me pisa
otra vez.
Y
de nuevo me pisó la sombra. Entonces me enojé y lo desafié a pelear.
-Pero
don piojo, un piojo no puede pelear contra un puma.
-Ya
sé que no, pero las cosas tienen sus límites.
Y
creo que se estaba pasando de la raya. ¿Sabe don elefante? , a veces los bichos
chicos tenemos que defender a muerte la dignidad, entonces sí que estamos
listos. Y un buen piojo no puede permitir que le pisen su sombra.
El
elefante y el sapo se miraron y dieron un paso para atrás con todo disimulo. No
vaya a ser que por ahí, sin darse cuenta, pusieran la pata sobre la sombra del
piojo.
FIN
Escritor:
Emiliano Bertoletti
Celular: 03467-15445430